Cuando me formaba como coach, una de mis mentoras nos propuso
hacer un ejercicio; se trataba de coger un folio en blanco y arrugarlo
hasta hacer una pelota. Posteriormente debíamos estirarlo, a fin de
devolverlo a su estado inicial. Nos esforzamos por alisarlo, aunque el
papel seguía arrugado, con marcas de haberlo estrujado. “Fijaos
bien en el folio”, nos dijo Inma; “¿podéis alisarlo del todo?” Ante nuestra
negativa, aclaró la metáfora
Al igual que la hoja de papel, nuestra alma va
“arrugándose”, marcándose con cada tristeza, con cada soledad,
con cada desencanto. Los corazones se rompen y las almas se encogen
cada vez que alguien que nos quiere y/o a quien queremos nos hiere.
Hasta aquí todo bien, puesto que entramos en el juego de las relaciones y las emociones.
La metáfora se extiende al hecho de que cuando intentamos remendar
nuestra alma, a veces el folio sigue arrugado y no parece haber una plancha tan
potente como para estirarla.
Desde el Coaching os invito a confrontar la emoción de
tristeza, latente tras las de ira y miedo. Porque cada vez que alguien nos
hiere, puede que el nuestro no sea el único papel arrugado, pues el enfado o la
crueldad esgrimida por la persona que agrede, aún sin saberlo, también deja
marca en su alma. Similar mecanismo se repite cuando somos nosotros quienes
atacamos, en ocasiones de forma gratuita, simplemente al dejar actuar
libremente a nuestro ego.
Si os hieren, os propongo que os centréis en qué parte
del alma se os ha arrugado. Podéis preguntaros cuál es la emoción o
emociones que están detrás, para qué se os han activado y qué es lo que vais a
hacer.
Por el contrario, cuando somos nosotros quienes herimos,
podemos reflexionar a propósito del para qué hemos arrugado el papel de
la otra persona, cuál es la emoción predominante y cómo vamos a “planchar”
nuestra arruga. Porque en este punto, usar la vaporeta de la comprensión,
reconocer nuestra acción en su justa medida, puede ser la mejor manera de acabar
con las arrugas de ambas almas.
Como herramienta preferida os propongo el humor con todo
el sentido, tal y como veíamos en un post anterior; en esta ocasión una
amiga me recomendó, con su habitual chispa: “si tu papel está arrugado, pues
haz papiroflexia”, lo que provocó mi carcajada más sincera, ya que
además profundizaba en la metáfora, al más puro estilo Coaching: la técnica de
la papiroflexia u origami consiste en crear figuras doblando el
papel, sin utilizar las tijeras. Reflexioné un momento e imaginé personajes
para crear a partir de mi alma arrugada. Imaginé una ardilla
para curar la marca del desánimo; un perro para borrar la deslealtad;
un león para la del miedo; un delfín para la arruga de la soledad;
una tortuga para “planchar” mi impaciencia; un gato para
el desequilibrio, para la marca de la duda y un arco iris para iluminar
la oscuridad resistente, al fondo del todo.
Origami para el alma
Es la propuesta que os
hago para esta semana. Para crear vuestro álbum de figuras, os invito a
que os preguntéis:
1. ¿Cuál
es la emoción o emociones que arrugan mi alma?
2. ¿A
qué marca corresponde cada una?
3. ¿Qué
es lo que quiero hacer con ellas?
4. ¿Cuáles
son los impedimentos para conseguirlo?
5. ¿Cómo
lo voy a lograr?
Tras definir vuestro álbum de origami, os
propongo que guardéis bien las figuritas, ya que en la próxima ocasión
que se os arrugue el papel, tendréis entrenada la técnica de la papiroflexia
y, dependiendo del tipo de marca, reconstruiréis esa parte del
alma con el valor escogido. ¡Feliz Origami! ¡Feliz Coaching!
Y recuerda que…
- Al
igual que al estrujar una hoja de papel, nuestra alma va “arrugándose”, marcándose
con cada tristeza, con cada soledad, con cada desencanto
- Cada
vez que alguien nos hiere, el enfado o la crueldad esgrimida por la
persona que agrede, aún sin saberlo, también deja marca en su alma
- ¿Qué
parte del alma se nos ha arrugado? Podemos preguntarnos cuál es la emoción
o emociones que están detrás, para qué se nos han activado y qué es lo que
vamos a hacer
- Usar
la vaporeta de la comprensión, reconocer nuestra acción en su justa
medida, puede ser la mejor manera de acabar con las arrugas de ambas
almas
- Origami
para el alma propone crear un álbum de figuras que representen los valores que
alisarán nuestras arrugas interiores
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