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El aquí y ahora


Vivimos rápido, sin tiempo para casi nada, con expresiones del tipo “es que no me da la vida”, con tensiones en el trabajo, en casa y hasta con los amigos; queremos ser los mejores en… casi todo y el móvil termina por ser nuestro compañero más fiel; ¿qué hay detrás de todo esto? pues quizá la solución: Mindfulness, también conocido como Atención Plena


Hace unas semanas, mientras esperaba a una posible coachee para su sesión de inicio, me encontraba en una céntrica cafetería madrileña y escuché la conversación entre dos mujeres; “sí hombre, la actriz esa que ahora es rubia y muy delgadita, que hizo esa película… ¿cómo se llama? algo de acción, con ese actor, de cuyo nombre tampoco me acuerdo, pero al que dobla este otro actor español que hace mucho teatro… sí mujer, si en cuanto lo recuerde ya verás como la conoces”.

Su compañera de mesa parecía hacer un esfuerzo para completar las lagunas, en este caso cinematográficas, de su amiga, pero por más que decía nombres no acertaba. Si hubieran tenido diez años menos ni siquiera habrían hablado durante tantos minutos, sencillamente hubieran recurrido a sus respectivos móviles para buscar la referencia perdida. 

Es algo que a casi todos nos pasa: en ocasiones no acertamos a dar con el nombre o la palabra que necesitamos, lo cual no significa que padezcamos anomia, ese trastorno del lenguaje que impide llamar a las cosas por su nombre, sino que estamos distraídos, con la mente dispersa y atendiendo, pretendidamente, a varios escenarios a la vez. Lejos de facilitarnos una mayor agilidad mental, esta bifocalización de nuestra atención suele pasarnos factura en términos de estrés e incluso de somatización del mismo, lo que deriva en padecimientos que afectan a nuestra salud física.



¿Qué es el Mindfulness?

El término Mindfulness se traduce como ‘plenitud mental’ y se refiere al entrenamiento del “aquí y el ahora”, es decir, vivir el presente con consciencia, redirigiendo nuestra atención hacia lo que estamos viendo, escuchando o sintiendo; “es estar presente y consciente, momento a momento, con independencia de las circunstancias”, dice María González, presidenta de Argonauta Consulting.
La profesora de Psicología de la universidad de Harvard, en Estados Unidos, Ellen Langer, lo define como “la práctica de una actitud no crítica y de la atención consciente en el momento presente” Es decir, para practicar el Mindfulness son precisos los siguientes pasos:

Estar atento

1.- Situarse en el presente: aquí y ahora. Concentrarse en lo que estemos haciendo

2.- Ser consciente del qué, quien, cuándo, cómo y dónde

3.- Actitud no crítica, de evitación de juicios, hacia uno mismo y/o hacia los demás

4.- Volver al presente, momento a momento, en cuanto nuestra atención se disperse

“El mindfulness ya no se debe considerar como algo que está bien que practiquen los ejecutivos, sino como una forma de mantener sanos nuestros cerebros, de ayudar a autorregular y potenciar nuestras habilidades”, dice Lager; “para tomar decisiones eficaces, así como también para protegernos del estrés tóxico” La profesora Langer da en el quid de la cuestión: si prestamos mayor atención, mejora el funcionamiento cerebral y se reduce nuestro nivel de estrés; “cuando actúas con conciencia plena, los errores están de tu parte; hay que eliminar, por tanto, la filosofía de cero errores, porque lo que se consigue con ella es la metodología de mentir siempre”

Por su parte, Hougaard, responsable de The Potential Project, lo define como “la mejora de la concentración y la conciencia; se trata de eliminar las distracciones y de mantenerse alineado con los objetivos organizativos e individuales”



¿Cómo se entrena?

La atención plena se opone, como concepto, al comportamiento automático. Hay acciones que llevamos a cabo “en modo automático”, por ejemplo, conducir un vehículo cuando ya tenemos cierta pericia, deslizarnos por la ladera nevada con nuestros esquís o tejer a punto un jersey. Cuando tenemos una habilidad, nuestra tendencia es llevarla a cabo de forma automática, sin embargo, practicando el Mindfulness obtenemos otros beneficios, tales como el aumento de nuestra creatividad, de anticipación del peligro, el incremento de la memoria, una mayor facilidad para prestar atención y para observar los posibles cambios, proporcionándonos una mayor resiliencia, esto es, la habilidad para volver al mismo punto previo a una crisis o un cambio brusco. “Durante gran parte del tiempo funcionamos de modo automático, de forma que el tiempo no nos cunde”, dice Christine Congleton, consultora en liderazgo; a lo que Lager añade: “cuando dejamos de funcionar con el piloto automático y prestamos atención a lo que ocurre a nuestro alrededor, podemos reducir el estrés y potenciar nuestro rendimiento”

El Mindfulness nos permite darle otro enfoque a una situación de cansancio mental, tal y como reconoce la psicóloga Langer: “es estresante cuando emitimos juicios negativos de forma automática o cuando tenemos preocupación ante la perspectiva de que nos vamos a topar con problemas que no seremos capaces de resolver”; frente a esto, la atención plena en tanto que proceso que genera energía, al mismo tiempo que la ahorra, nos permite abordar el estrés el cual no depende de los acontecimientos que ocurran sino de cómo nos lo tomemos.

Entrenar el Mindfulness consiste en centrar nuestra atención en el momento presente, sin juicios ni análisis, sino únicamente dejando fluir. Practicar la meditación nos servirá a la hora de concentrarnos, así como también el hecho de volver al punto de partida tantas veces como sea necesario. Si por ejemplo queremos escribir una carta, os invito a que os centréis en la persona a la que va dirigida, al contenido que le queréis transmitir y al lenguaje con el que deseáis plasmarlo. A veces ayuda entrenarse mediante la realización de una actividad en la que seamos hábiles.

En este sentido, os propongo un sistema propio: IronCoaching, que consiste en practicar la atención plena mientras se plancha. El acto mismo de colocar la prenda, disponer la plancha y efectuar el planchado permite centrar el pensamiento en la acción concreta, facilitando el ejercicio del Mindfulness.

A propósito, ¿sabes a qué actriz se refería la mujer de la cafetería? Tampoco lo recordaba, pero aplicando herramientas de Coaching como las que se describen aquí conseguí recordarlo… y también el título de la película, el del actor y el de su doblador. Tardé un poco, pero es cuestión de entrenamiento, ¿verdad? Feliz Coaching.



Y recuerda que…

  • Mindfulness se traduce como ‘plenitud mental’ y se refiere al entrenamiento del “aquí y el ahora” (viñeta de un plano en la que alguien marca una equis, como al situar un punto en un mapa)

  • Hay veces en las que nuestra memoria parece que no funciona y olvidamos el nombre de ese actor, esa película o aquella canción (viñeta de dos chicas que están hablando y una pone gesto de haberse quedado bloqueada, sin recordar)

  • Estar atentos facilita nuestra concentración, agiliza nuestra mente y nos ayuda a confrontar el estrés (viñeta del rostro o de medio cuerpo de un chico, con los ojos con dibujo de espiral, como si estuviera hipnotizado)

  • Situarnos en el presente, ser conscientes de lo que hacemos y evitar la actitud crítica o el juicio benefician a nuestra salud mental, física y emocional (Viñeta de un chico y una chica marcando bíceps, en señal de salud)

  • Meditar, hacer yoga o realizar una acción para la que tengamos habilidad facilitará nuestra práctica del Mindfulness (viñeta de un plano de la clase de yoga)

  • Sistemas como IronCoaching nos enseñan a entrenar el vivir en presente (viñeta de alguien planchando y otra persona, casi de espaldas al lector, tomando notas, como si fuera una coach)



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