Quizá te haya pasado alguna vez que, al hablar con otra persona, se incline hacia ti, penetrando en tu espacio físico propio. En términos de comunicación no verbal, nuestro cerebro lo interpreta como un gesto invasivo, que intentamos evitar, apartándonos.
Emocionalmente esto mismo también puede ocurrir en el momento en que una persona, cercana o no, se anima a decirnos que nuestra decisión es la correcta, o todo lo contrario; cuando alguien se inmiscuye en nuestros asuntos y, sin que le pidamos opinión, la expresa libremente.
Tú también opinas
Si piensas un poco, dicha conducta ha podido ser la
nuestra con respecto a un amigo en un momento determinado en el que, por
ejemplo, le hemos soltado “a bocajarro” que ha engordado mucho o que tiene unos
pies enormes. Y nos hemos quedado tan tranquilos pues, al fin y al cabo, ¿no
quería sinceridad? Pues a lo mejor nuestra amiga lo que deseaba era algo de
apoyo, o simplemente ser escuchada durante un rato sin salir de su
personal “bucle emocional”
Círculos concéntricos
¿Cómo podemos detener este impulso irrefrenable de algunas
personas a decirnos lo que consideran “su verdad”? Desde el Coaching te invito
a que mentalmente dibujes varios círculos concéntricos, uno dentro del
otro. El central y de menor diámetro representa a tu yo, a ti
mismo; el siguiente representa a la persona o personas más allegadas, sean
amigos o familiares; el siguiente a otros seres queridos, aunque cuanto más nos
alejamos en el esquema de círculos éstos identifican a aquéllos que se van
alejando en nuestro ranking de estima.
En este esquema circular es importante que sólo incluyamos a
aquéllos a quienes apreciamos y/o con quienes tenemos contacto habitual.
Éste es el mío
El círculo de menor tamaño te representa a ti. Dentro
estás tú solo. Aquí expresas quién eres y cómo te sientes, por lo que es
importante que nadie del círculo siguiente se meta en él. Tampoco aquellos
situados en los siguientes círculos, por mucha confianza, cariño o lealtad que
sientas hacia ellos.
Por la misma razón, tú tampoco puedes inmiscuirte en
los círculos siguientes, es decir, debes dejar a los demás el mismo espacio
que deseas para ti.
Se trata de un entrenamiento, como la mayoría de los procesos
de Coaching, por lo que deberás tener paciencia contigo mismo. Si tú
empiezas, podrás pedir a los demás que no se metan en tu círculo más íntimo,
que hace referencia a tu propia estima.
Ejes del Coaching
Si tu objetivo es organizar tu propio esquema de
círculos y estás decidido a mejorar tu propia estima, el siguiente paso es
preguntarse qué te lo impide, para después decidir cómo lo vas a
lograr. Ten en cuenta que si te sientes intimidado, invadido e incluso
humillado por el avance de algunas personas “de otros círculos” puedes visualizar
este proceso y de forma asertiva pedirles que no invadan tu
intimidad.
Y recuerda que...
-
Tienes derecho a tu propio espacio, tanto
físico como emocional, sin que sea invadido por las buenas intenciones de
nuestros seres queridos
-
Tu círculo representa tu propia estima, tu
individualidad inviolable
-
Cuando otra persona nos dice lo que piensa sobre
algún aspecto nuestro sin habérselo pedido y sentimos que nos hiere podemos
ser sinceros y decírselo
-
Sin juicios todo suele ser más sencillo: si
alguien nos critica, para algo será; pero antes que nada, es asunto
suyo, no nuestro
-
Sé asertiva al transmitir a tu amigo que no
deseas una crítica, sino apoyo y escucha por su parte; quizá no haya
tenido en cuenta esa posibilidad
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