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Mis egos y yo


Todos tenemos ego, partimos de este principio que se fundamenta en que, si no, no seríamos los seres únicos que somos todos y cada uno de nosotros. No se puede prescindir de nuestro ego, aunque es cierto que se puede modular, entrenándolo para que en vez de convertirse en algo que nos agreda y nos dificulte la vida sea una herramienta que nos permita relacionarnos más y mejor, contribuyendo a nuestro bienestar emocional.
El ego es como una máscara; todos tenemos egos o máscaras mediante las que nos presentamos ante los demás. Está el ego que muestras a tu pareja, con los amigos, el de tu entorno laboral o el del familiar, de forma que son tantos como los grupos de personas entre los que nos movemos.



Neutro: ni bueno, ni malo

El ego en sí mismo es neutro, no es ni bueno ni malo; es necesario, pues es parte de la estructura de quienes somos, de ahí que no se pueda renegar de él; es como el apartado de luces y sombras: en una ocasión puede mostrarse como luz y en otras como sombra, pero ambos polos se necesitan para coexistir y equilibrar.

Podemos entrenar ese ego a partir de las herramientas emocionales de que disponemos; por ejemplo, cuando alguien hace una crítica, juzga alguna de nuestras conductas, incluso a nosotros mismos, solemos tomarlo como una afrenta personal; la responsabilidad última es nuestra, al permitir que nos afecte, que nos perjudique esa crítica o juicio.

A veces esos juicios que tanto afectan a nuestro ego son proyecciones de la persona que los emite; sin embargo, nosotros interpretamos como auténtica esa merma que creemos tener, lo cual confirmamos con la crítica que nos hace esa otra persona. Esto ocurre porque quien actúa ahí es nuestro ego que, lejos de ayudarnos, nos entorpece el camino hacia el objetivo.

¿Qué puedo hacer?



Desde el Coaching y como en otras ocasiones, te invito a entrenar a tus egos. Para ello podemos partir de una de las preguntas más utilizadas en esta disciplina: ¿Qué hay detrás? Válida para confrontar una emoción como el miedo, la ira o la envidia, pero también para conocernos mejor. 
Así, cuando algo que nos dicen los demás nos “chirría” o molesta, podemos detenernos y reflexionar a propósito de qué es lo que hay detrás de ese ego herido

Por ejemplo, si alguien nos dice que cantamos mal o alguien nos llama torpe; ¿qué hay detrás?, ¿es algo que tiene que ver con nosotros o se trata de una apreciación de la otra persona? y aunque coincidamos con tal opinión, lo cierto es que el comentario es gratuito y puede ser una mera proyección del otro. Si no lo creemos así o no nos importa podríamos responder “te agradezco la observación, pero es que me da igual” ya que lo estamos pasando muy bien en el karaoke y lo de menos para nosotros es ser buena cantante.



En el segundo ejemplo, cuando alguien nos califica de torpe, lo que está haciendo es juzgar a la persona, no la acción. Os invito a ver qué hay detrás, qué es lo que nos molesta; ¿quizá el comentario viene de parte de una persona querida y lo vemos como una deslealtad? ¿o es que nos sentimos torpes? 
En este último caso podemos valorar cuál es nuestra creencia, pues ese comentario podría reforzar la baja autoestima que sentimos al respecto. 

En este sentido, puede ser positivo para nosotros comunicar a la otra persona que nos duele que nos diga eso: “te agradezco la observación, pero me molesta que me lo digas tú, porque te considero alguien muy cercano y la forma en que me juzgas no me agrada” podría ser un modo de expresarlo. Se trata de ser sinceros pero firmes, es decir, no se trata de ser “polite” o educados, sino asertivos, para dejar muy claro aquello que nos irrita. Esta sinceridad nos beneficia.

ArkeCoaching y AstroCoaching




Te invito a conocer los sistemas de Coaching para abordar tu proceso de entrenamiento del ego. En el sistema ArkeCoaching el ego absorbe las energías de los cuatro arquetipos básicos: el niño, la prostituta, la víctima y el saboteador. Son personajes neutros y constituyen la tercera parte del total de arquetipos (12) que según este sistema nos definen.

El niño hace referencia a la inocencia, a la infancia, pero también al apego y al abandono. La prostituta está ligada a nuestro precio emocional, es decir, aquello que seríamos capaces de hacer a pesar de ir en contra de nuestros principios. La víctima cuenta la parte de autocompasión con la que de vez en cuando simpatizamos y el saboteador expresa las excusas que ponemos para evitar la confrontación. Trabajar estos arquetipos permite al coachee conocerse mejor, al tiempo que diseñar el camino a seguir en su proceso de Coaching.

En AstroCoaching el signo que mejor representa el ego es Leo, el campeón de las máscaras, al que dota de la habilidad de la empatía. Entre los nativos de este signo suelen encontrarse personas dedicadas a la interpretación, dado que entre sus habilidades se encuentra la de “saber cambiar de máscara”, de personaje, lo que a su vez les dota de la facilidad para conocer qué se siente al llevar el antifaz del otro. Como en el caso del anterior sistema descrito, los signos son neutros, presentando habilidades y potencialidades que pueden reforzarse.

Y recuerda que…



-  No se puede prescindir del ego, pues es aquello que nos confiere la estructura como seres únicos

-  Como el eco en el valle o la amplificación del sonido en una caja de resonancia, el ego puede ser demasiado ruidoso o modular nuestra emocionalidad 

- Todos tenemos distintos egos o máscaras con las que nos vestimos cada día, a cada momento, para mostrarnos ante los demás 

- En sí mismo el ego es neutro y como tal hemos de confrontarlo, entrenándolo para utilizarlo a nuestro favor 

- Un ego saludable parte de una autoestima equilibrada entre luces y sombras 

- En el sistema ArkeCoaching el ego absorbe las energías de los cuatro arquetipos básicos: el niño, la prostituta, la víctima y el saboteador 

- En AstroCoaching el signo que mejor representa el ego es Leo, el campeón de las máscaras, al que dota de la habilidad de la empatía

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