Un día
te das cuenta de que ese ruidito tan característico que tu compañero hacía al
comer ya no lo soportas, es más: se lo dices acompañándolo de una mueca de
fastidio. Este detalle te hace pensar si esa persona es quien deseas, ¿Qué
ocurre? Posiblemente se trate de una crisis de pareja.
Ésta
suele desencadenarse en el momento de establecer la relación, cuando se inicia
la convivencia juntos, a la llegada del primer hijo, también con el siguiente y
después, en la cincuentena, cuando se busca a un compañer@.
¿Qué es lo que hay que saber?
- Una
pareja forma una unidad, aunque esté integrada por dos personas, cada cual
con sus diferencias.
-
Dependiendo de la etapa por la que transcurra, es preciso comprender qué es lo
que está detrás del
conflicto.
-
Mediante el Coaching
se acompaña a cada uno de los miembros en
su objetivo, que puede coincidir o no; por ejemplo, uno de los dos puede desear
la separación.
¿Qué necesita la pareja?
- Tener un propósito, que suele ser juntarse para lograr un bien mayor,
como compartir el día a día o crear una familia.
- La intimidad es importante tanto para cada una de las personas que
la integran como para la pareja en sí y frente a terceros.
- El respeto a las diferencias es casi obligado, pues ninguno de
los dos ha de imponer nada al otro.
- Tener la mejor idea del otro. Expertas como la psicóloga Isabel Serrano defienden
que las parejas en las que los miembros tienen la mejor versión del otro suelen
ser las que perduran en el tiempo. Aunque nos enfademos es interesante
centrarse en la mejor idea que tengamos de nuestra pareja.
- La comunicación es vital: muchas peleas se evitan cuando, entre la pareja,
existe sinceridad y empatía. Este “ponerse en el lugar del otro” se logra si la
otra persona entiende (y comprende) lo que se le transmite, para lo cual existe
la herramienta de la asertividad o firmeza, que no rudeza, al hablar, al
comunicar.
- Sentido del humor. En ocasiones reírse con el otro, tras un comentario
agudo relacionado con el conflicto, ayuda a posicionar a ambos miembros de la
pareja. Cada cual confirma su posición y entiende la del otro.
- Practicidad, saber para qué se discute, qué es lo que hay tras
ese conflicto; suele ser habitual que pasado un tiempo ninguno de los dos sepa
qué originó la pelea. En este sentido, es positivo reflexionar acerca de los
valores que defendemos en el enfrentamiento. Pero esto que defiendo, ¿es uno de
mis valores o es sólo ego?
Y por último...
- Tener
en cuenta que, aunque seamos pareja, cada cual ha de tener sus propias diferencias. Un ranking de valores que es preciso respetar.
- El respeto puede
entrenarse cada día. El Coaching te acompaña en la consecución de tu objetivo.
- Comunicación, intimidad y practicidad o el cómo, el qué y el para qué son vitales en toda
relación.
- Sentido del humor, una habilidad que solemos tener, aunque algunos aún
no lo sepan. Ayuda a desahogar y a desdramatizar las situaciones de conflicto.
-
Quedarse con la
mejor versión del otro, aunque estemos enfadados por el
enfrentamiento: la otra persona no es sólo esa imagen que nos ha dado.
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