¿Para qué estamos obsesionados con llevar la razón? Dice una voz en off, mientras una pareja discute en el coche, una mujer increpa a unos chavales desde un balcón y dos superhéroes luchan mientras vuelan, antes de caer maltrechos al suelo, en el que una rata y un robot de juguete se pelean. La voz, que sugiere que en vez de llevar la razón podríamos preguntarnos si somos nosotros quienes estamos equivocados, corresponde a una chica con bolsa de compra incluida que, al más puro estilo Coaching, invita a reflexionar y pasa a segundo término, mientras en cada una de las escenas terminan brindando con la marca de refresco que está tras el mensaje. Impactos publicitarios aparte, la cuestión queda en el aire: ¿para qué llevar la razón? ¿nos quedamos con tenerla o preferimos ser felices? Y tú, ¿qué escoges? ¿con qué te quedas? Desde el Coaching te propongo que te hagas otra pregunta: ¿cuál es el beneficio que obtienes al tener razón o creer que la llevas? Cuando quere...